Mizuno Wave Rider 20 VS Mizuno Wave Ultima 7

Lo primero que observamos al sacarlas de la caja es que las Mizuno Wave Rider 20 son elegantes. Sí, sabemos que no es una cuestión primordial, y que lo que buscamos son las prestaciones, pero nunca sobra una buena imagen y pensamos que las Rider 20 guardan una buena armonía estética. Al tacto no son demasiado rígidas y la sensación es de relativa ligereza (290 g), algo que nos agrada, si no lo supiéramos diríamos que pesan menos. Rápidamente nos las calzamos, nos gusta empaparnos de esas primeras sensaciones, y no podemos negar el maravilloso feedback que nos transmiten desde el principio.
Indudablemente, notamos que la propuesta de las Mizuno Wave Rider 20 pasa por ofrecer, siguiendo su línea habitual, una buenísima acogida al pie. Comodidad y confort son ràpidamente advertidos e invitan a correr kilómetros y kilómetros con la seguridad de que nos van a “tratar” muy muy bien. A la par, notamos una sujeción fantàstica.
Los primeros pasos con ellas en los pies van en la línea de las primeras sensaciones, notamos ligereza, buena amortiguación y una sujeción formidable, y esto último es algo a lo que ayudan los cordones, que aunque no se les suele dar demasiado protagonismo, a nosotros nos han gustado particularmente. Tienen un punto de elasticidad que aporta una buenísima forma de rematar la sujeción general que ya hemos alabado desde el primer momento.
Deseosos de vér cómo se comportan en movimiento estas Mizuno Wave Rider 20, no nos demoramos más y vamos con ellas a rodar los primeros kilómetros.
 
 

Mizuno presenta estas Wave Ultima 7 en una caja estándar sin ningún detalle diferencial del modelo que hay dentro, aparte de la etiqueta con el nombre, claro. Abrimos la caja y ahí las tenemos, en un color azul eléctrico con detalles en amarillo y el contrapunto blanco de la mediasuela. A simple vista ya podemos ver que la  Mizuno Wave Ultima 7 es un modelo contundente con una mediasuela importante. Al tacto, el tejido es tupido y se notan buenos acolchados sobretodo en la zona del tobillo. Transpira comodidad por todos lados. Cuando nos las calzamos, por fin, es lo que se nota principalmente. El pie entra suave y fácilmente y se nota bien ajustado, sin apretar, a la altura del empeine y en los laterales. Ya en los primeros pasos notamos una buena amoritguación sin llegar a ser blandengue. Dan la sensación de que serán buenas compañeras durante largas horas de entreno. ¿Lo probamos?