¿Una jugada maestra o una vacilada?

Imagínate que vas por la calle y ves aparcado un coche deportivo rojo idéntico al histórico Ferrari Testarossa. Empiezas a cotillear su interior de cuero rojo desde la ventana, miras sus llantas, contemplas su motor trasero e incluso te haces una foto con él, pero de repente observas que no lleva el logo de Ferrari en el capó… ¿Dudarías de si se trata de un Ferrari auténtico o de una imitación?

Pues bien, algo similar le ha sucedido con Nike con una gran campaña de márquetin recientemente lanzada, o eso pensamos nosotros, a cerca de unas zapatillas voladoras con clavos.

No es la primera vez ni será la última que vemos a corredores élite, patrocinados por alguna marca que no sea Nike, utilizando modelos de Nike como las  ZoomX Vaporfly Next % o las Alphafly Next% pintados completamente de negro para camuflar el “swoosh” de Nike y evitar que nadie de su marca (quien les está pagando) les pueda dar un tirón de orejas.

Para evitar esos mal entendidos Nike ha movido ficha y ha creado una estrategia de márquetin realmente curiosa y singular.

Toda ella gira en torno a una zapatilla de clavos para competir en pista que es completamente blanca y no lleva ningún tipo de logo identificativo de Nike. La zapatilla en sí cuenta con la tecnología más puntera de la marca como son los air pods o la espuma ZoomX que seguro harán volar literalmente al atleta que se las calce.

La silueta del modelo en concreto es idéntica al de otros modelo de Nike llamados Air Zoom Victory y Dragonfly.  Con este movimiento comercial y estratégico, ahora cualquier corredor que no esté patrocinado por Nike, podrá correr con las mismas condiciones que otro que sí lo esté, utilizando sus mismas zapatillas voladoras. En cuanto a las consecuencias por la infidelidad, nosotros no nos metemos.