Mizuno Synchro MD VS Adidas Adizero Boston 5

Cuando nos dieron la caja Mizuno, debemos decir que nos gustó. Una marca histórica en el mundo del running, que apuesta muy fuerte por sus ideas y por sus tecnologías, siempre gusta ver una empresa con carácter y confianza. Al leer el nombre – Mizuno Synchro MD – nos quedamos un poco perplejos, ya que no conocíamos este modelo, como mínimo terminado en MD. ¿Qué debe ser esto? Pues bien, una vez abrimos la caja, nos dimos cuenta que los acabados de estas Mizuno Synchro MD, no estaban a la altura de las Synchro MX, por tanto, supusimos que era una gama inferior ¡Acertamos! La Shyncro MD se sitúa justo por debajo de las MX, aun así su aspecto sigue siendo parecido, algo más robustas y con acabados algo menos cuidados. Al cogerlas con las manos no nos parecieron un “tanque”, son unas zapatillas de 280 g en 9 US, es decir, de un peso medio – ligero. La verdad, estas Mizuno Synchro MD nos tenían un poco desconcertado… ¿Servirán para correr o serán las típicas zapatillas multi deporte un poco para todo y para nada?

No os lo vamos a negar. Sacar las Adidas Adizero Boston 5 de la caja nos ha provocado poco menos que un orgasmo.
La zapatilla rebosa calidad por los cuatro costados nada más verla. Quizás la calidad de los acabados y su estrechez de horma sea lo que más nos llama la atención en un primer momento.
Vemos que es fácil hacer el sacacorchos a la zapatilla y flexar la parte del antepié sin mucho esfuerzo. También nos encanta el mesh lateral micro perforado lo que se nos antoja como una ventaja a la hora de que la zapatilla transpire. 
El color del modelo que nos toca analizar es prácticamente negro en su totalidad, con toques rojos en el mesh. Por sus tonalidades, casi cuesta diferenciar si se trata un modelo casual o de running, puesto que estamos más acostumbrados a ver zapatillas para tal menester con colores chillones. 
Al calzarnos las Adidas Adizero Boston 5 por primera vez, vemos que su estrechez es notable, pero a la vez es muy cómoda, eso sí, una vez hemos conseguido meter pie dentro, puesto que dicha estrechez en todo el perímetro del pie hace que sea minuciosa la tarea de calzárnosla y de encontrar la tensión adecuada de los cordones. 
Percibimos también como el dedo gordo queda muy marcado en el mesh cuando hacemos el ciclo completo de la zancada, algo que puede comprometer la zona, haciendo que se rompa fácilmente esta parte. Veremos cómo responden a lo largo de los kilómetros. ¿aguantara el upper  tal volumen de kilómetros?